Fuentes documentales
Prevención, detección y actuación según el Protocol PDA Bullying y el Model SEER de Tipificació de Maltractament:
Prevención: A través de la sensibilización de uno mismo y con los demás se puede ser más tolerante y comprensivo. Se han de establecer estrategias para que los niños puedan desarrollar sus capacidades y poder resolver con garantías los conflictos surgidos en el aula como el acoso.
Detección: También es necesario unas herramientas para detectar cualquier conflicto que se puede generar en un centro educativo, con la máxima prevención posible para que el daño no vaya a más. Se deberán observar las conductas que van realizando los estudiantes para averiguar si se puede estar actuando de mala manera, realizándose un análisis de los actos para comprobar los hechos, saber si hay maltrato o no, de dónde viene y a quién afecta.
Actuación: Una vez que se detecte el bullying se tiene que parar la violencia y el abuso de inmediato, protegiendo a todos los implicados, desde la víctima, el agresor y los espectadores, sin revictimizar a la víctima, tampoco criminalizando al agresor ni poniendo perjuicios a los espectadores. Es importante que una vez parado el acoso, se haga todo lo posible, implicando a toda la comunidad escolar, para solucionar el conflicto, estudiándolo y comprendiéndolo, pudiéndolo así cambiar sin que vuelva a suceder para poder llegar a un buen estado en las clases.
Prevención: A través de la sensibilización de uno mismo y con los demás se puede ser más tolerante y comprensivo. Se han de establecer estrategias para que los niños puedan desarrollar sus capacidades y poder resolver con garantías los conflictos surgidos en el aula como el acoso.
Detección: También es necesario unas herramientas para detectar cualquier conflicto que se puede generar en un centro educativo, con la máxima prevención posible para que el daño no vaya a más. Se deberán observar las conductas que van realizando los estudiantes para averiguar si se puede estar actuando de mala manera, realizándose un análisis de los actos para comprobar los hechos, saber si hay maltrato o no, de dónde viene y a quién afecta.
Actuación: Una vez que se detecte el bullying se tiene que parar la violencia y el abuso de inmediato, protegiendo a todos los implicados, desde la víctima, el agresor y los espectadores, sin revictimizar a la víctima, tampoco criminalizando al agresor ni poniendo perjuicios a los espectadores. Es importante que una vez parado el acoso, se haga todo lo posible, implicando a toda la comunidad escolar, para solucionar el conflicto, estudiándolo y comprendiéndolo, pudiéndolo así cambiar sin que vuelva a suceder para poder llegar a un buen estado en las clases.
Informe Save the Children-Yo a eso no juego:
En 2016 Save the Children saca a la luz un informe propio sobre el bullying en España a través de encuestar a 21.487 niños de entre 12 y 16 años de todo el territorio español que cursan la Educación Secundaria Obligatoria (1º ESO a 4º ESO).
Algunos de los datos recogidos son los siguientes:
El 9,3 % de los estudiantes reconoce haber sufrido acoso escolar tradicional en los últimos meses, agrediéndoles sobretodo insultando y el 5,4 % se declara acosador. La mitad de los encuestados dice haber insultado a alguien y uno de cada tres ha llegado a agredir físicamente. Uno de cada cuatro ha insultado por internet o móvil a alguien y prácticamente uno de cada diez ha amenazado a otro niño/a, siendo uno de cada tres niños los que han recibido los insultos por estas vías digitales y electrónicas. Seis de cada diez niños afirman que han recibido insultos en los últimos meses y el 22,6 % dice que son frecuentes.
Es en el primer ciclo donde más se percibe el acoso escolar, desde el lado de las víctimas como el de los agresores. Según el informe un 10,6 % y 8,5 % de las chicas se consideran víctimas frente al 8% y 5,3 % de los chicos que también se consideran víctimas de bullying y ciberbullying respectivamente.
Las víctimas creen mayormente que lo son por ser molestadas, por su aspecto físico o porque les tienen “manía”.
Mayoritariamente los agresores no saben las razones por las que agreden, pero si es por alguna cosa es para gastar bromas.
En 2016 Save the Children saca a la luz un informe propio sobre el bullying en España a través de encuestar a 21.487 niños de entre 12 y 16 años de todo el territorio español que cursan la Educación Secundaria Obligatoria (1º ESO a 4º ESO).
Algunos de los datos recogidos son los siguientes:
El 9,3 % de los estudiantes reconoce haber sufrido acoso escolar tradicional en los últimos meses, agrediéndoles sobretodo insultando y el 5,4 % se declara acosador. La mitad de los encuestados dice haber insultado a alguien y uno de cada tres ha llegado a agredir físicamente. Uno de cada cuatro ha insultado por internet o móvil a alguien y prácticamente uno de cada diez ha amenazado a otro niño/a, siendo uno de cada tres niños los que han recibido los insultos por estas vías digitales y electrónicas. Seis de cada diez niños afirman que han recibido insultos en los últimos meses y el 22,6 % dice que son frecuentes.
Es en el primer ciclo donde más se percibe el acoso escolar, desde el lado de las víctimas como el de los agresores. Según el informe un 10,6 % y 8,5 % de las chicas se consideran víctimas frente al 8% y 5,3 % de los chicos que también se consideran víctimas de bullying y ciberbullying respectivamente.
Las víctimas creen mayormente que lo son por ser molestadas, por su aspecto físico o porque les tienen “manía”.
Mayoritariamente los agresores no saben las razones por las que agreden, pero si es por alguna cosa es para gastar bromas.